domingo, 19 de octubre de 2008

A ROSA QUE SANGRA

A ALMA é unha roseira
frorecida, cuaxada
de rosiñas bermellas
e de rosiñas brancas.



Alegrías e penas
son o vento que pasa;
ás veces trebonada.
Unha bágoa que surde,
unha rosa que estala...
son rosiñas que caien
da roseira da alma!



Miña nai que me arrola,
un amor que me chama,
a estreliña da groria
no sendeiro da espranza...
Cando a vida comenza,
¡cántas rosiñas brancas!



Un filliño que morre,
un amor que se apaga,
a ilusión que se afoga
no remuílo das ágoas...
¡Cántas rosas bermellas
ao mediar a xornada!



Xa son vello, e o vento,
vento de trebonada,
desfolloume a roseira,
a roseira da alma.



Pero esta dór da Terra
ferida e escravizada...
¡qué rosiña bermella!
¡Cómo doi! ¡Cómo sangra!




De Vento mareiro

3 comentarios:

Anónimo dijo...

puede usted ahora traducirla?

Atachasito dijo...

Faltaría más, Sr.
Traducida por Martín Fernández, para ud. al castellano.


El alma es un rosal
florecido, cuajado
de rositas rojas
y de rositas blancas.




Alegrías y penas
son el viento que pasa;
a veces como un beso.
Otras como una tormenta.
Una lágrima que surge,
una rosa que estalla...
son rositas que caen
del rosal del alma!




Mi madre que me arruya (acuna),
un amor que me llama,
la estrellita de gloria
en el sendero de la esperanza...
Cuando la vida comienza,
¡cuantas rositas blancas!


Un hijo que muere,
un amor que se apaga,
la ilusión que se ahoga
en el remolino de las aguas...
¡Cuantas rosas rojas
al mediar la jornada!




Ya son viejo, y el viento,
viento de tormenta,
me deshojó el rosal,
el rosal del alma.




Pero este dolor de la Tierra
herida y esclavizada...
¡qué rosita roja!
¡Cómo duele! ¡Cómo sangra!

María dijo...

Muchas gracias a Miguel Serrano por pedir que la traduzca, y a tí por traducirla, ha sido una maravilla leer este poema.

Y también te doy las gracias por haber volado a mi blog, porque así conocí el tuyo.

Un beso.